El batería de Los Planetas, Eric Jiménez, protagonista de la cinta de César Martínez Herreda

La sección documental de la 26 edición del Festival de Málaga cierra el primer fin de semana con ocho nuevos proyectos, entre ellos: ‘TransUniversal’, ‘Ahora la luz cae vertical’ o ‘La importancia de llamarse Ernesto y la gilipollez de llamarse Eric’.

El Auditorio del Museo Picasso de Málaga ha sido testigo de los tres documentales especiales de la tarde. El primer pase se ha iniciado con el cuarto largometraje del director y guionista malagueño Rafael Robles, más conocido como Rafatal, quien ha presentado el documental ‘TransUniversal’, una cinta que está protagonizada por veintiuna protagonistas que reivindican los derechos de las personas trans, entre las que destacan Valeria Vegas, Daniela Santiago, Samantha Hudson o Juani Ruiz, entre otras.

‘Lo que yo no me esperaba es que una mujer que ha sido apedreada, escupida y encarcelada estuviera recibiendo tanto amor ahora; y mucho menos que le hicieran una película y se proyectara en este festival con tanto cariño. Yo lo único que soy es una mujer que ha luchado por la libertad durante muchos años’, ha dicho en la presentación del mismo la artista y la empresaria Manolita Chen ante una completa ovación del público.

El hilo conductor de toda la película lo conforma la entrevista que Cris Calvente, ganadora de un Premio Max de la Compañía El Espejo Negro de Ángel Calvente, realiza a Chen, activista de los derechos de las personas trans desde los años sesenta, que acaba de crear una Fundación que lleva su nombre y acoge a personas LGTBI+ que se encuentran en situación de exclusión y que sufren el rechazo de sus familias.

El director ha dedicado el documental a ‘todas las personas que con su esfuerzo, dedicación y lucha han hecho posible que se reconozca los derechos de las personas trans’.

El segundo pase de la tarde hace un repaso de la vida de Eric Jiménez, batería del grupo Los Planetas, un proyecto dirigido por César Martínez Herreda llamado ‘La importancia de llamarse Ernesto y la gilipollez de llamarse Eric’.

En cuanto a la Sección Oficial, la jornada dominical se ha abierto con la proyección de los cortometrajes ‘K8’ de Miguel Anaya y ‘Montaña azul’ de Sofía Salinas y Juan Bohórquez, seguido del largometraje ‘Ahora la luz cae vertical’ de la cineasta griega Efthymia Zymvragaki, una producción española sobre la violencia de género que se centra en los testimonios de un agresor, Ernesto, consciente del daño que ha hecho a su familia.

Zymvragaki desvela que, la cinta surge porque un día un hombre (que en la cinta firma como Ernesto) se puso en contacto con ella porque quería hacer una película sobre su propia vida.

‘Para mí el hecho de recibir esta llamada entendí que había algo de interesante en esta historia, porque un hombre como él que se reconozca como una persona violenta y agresiva y se defina como agresor dice mucho’, ha detallado.

Pegada a esta proyección, de nuevo en el Picasso, con la Sección Especial, se ha proyectado ‘Hay una puerta ahí’ de los uruguayo Facundo y Juan Ponce de León; una cinta que retrata el nacimiento de una amistad entre dos hombres, mientras uno ayuda al otro a morir.

El doctor Enric Benito, es médico especialista en oncología y miembro de honor de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos. Fernando Sureda es la persona a la que ayuda a morir, un reconocido contador uruguayo que protagonizó la lucha por la eutanasia legal en su país, junto a su familia.

‘A través de los nueve meses de encuentros virtuales entre Fernando y Enric, el documental muestra una nueva mirada de la realidad y una nueva forma de entender la vida, y de cómo el sufrimiento y el proceso de morir, dan lugar a un nivel de aceptación, gratitud y desapego’, ha señalado el director sobre este proyecto que tuvo su génesis en 2020.

La jornada de documentales ha concluido con la proyección del cortometraje ‘Canta una doncella’, el proyecto final de carrera del director Max Torres con el que ha retratado el conflicto de identidad una mujer de 90 años.

‘Es una cosa que me toca muy de cerca porque cuento la historia de Titi, una mujer que entró a trabajar en mi casa cuando mi padre tenía 7 años y prácticamente es como mi segunda abuela. Esa crisis de pertenencia por la que ella pasa es lo que me hace a mi querer contar su historia’, ha incidido el director.

Posteriormente se ha presentado el largometraje ‘Yo tenía una vida’ de Octavio Guerra.

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